Grunt apenas pudo contener su ira.
Darryl le había robado a la Princesa Dorothy. ¿Qué tenía de malo que buscara venganza por eso? Sin embargo, a los ojos de Lía, se había convertido en un cobarde desvergonzado.
¡Mald*ción! Darryl había robado la mujer de otra persona, ¿no era eso también cobarde y desvergonzado?
Grunt no tenía intención de atacar a Lía, pues había acordado con Oliver primero apoderarse de Darryl y luego llevar a cabo un elaborado acto de salvar a la damisela en apuros con su ayuda. Sin embargo, los gritos de Lía lo habían enfurecido hasta el infinito y se encontró incapaz de tolerarlo.
Su bofetada la sacudió y le tomó un tiempo recuperar sus sentidos. Ella miró con enfurecido horror a Grunt. “¡Me abofeteaste, mald*to! No eres más que uno de los secuaces del Emperador de los Nueve Cielos y ahora aquí estás hablando mal del Honorable Maestro Darby. ¡Creo que sería un cumplido, incluso llamarte un mald*to cobarde desvergonzado!”.
Lía estaba prácticamente ciega de rab