’¡M*erda!’. Las expresiones de Dax, Yvette y los demás cambiaron de inmediato cuando vieron unos cuantos de la Organización Cielo Infinito cargar hacia ellos. Estaban conmocionados.

Ninguno de ellos tenía energía interna, así que, ¿cómo iban a ser capaces de derrotar a esos discípulos?

"Hermano Dax, Hermanas, váyanse ahora. Yo los detendré". Sara se mordió los labios con fuerza mientras los apuraba. Ella era la única de todos ellos que aún tenía energía interna.

Dax estaba preocupado. "No, no podemos dejarte atrás".

Sara parecía decidida. "No te preocupes. Puedo derrotarlos".

Aunque Sara era la más débil entre ellos, no tendría muchos problemas para derrotar unos pocos discípulos de la Organización Cielo Infinito.

Dax y los demás siguieron dudando cuando escucharon lo que dijo.

Yvette finalmente reunió sus pensamientos y habló con seriedad: "De acuerdo, entonces. Sara, debes tener cuidado. Derrótalos y alcánzanos rápido".

Yvette pudo sentir que la energía de Sara se había rec