Darryl e Yvette se miraron.

‘Habla del diablo’, pensó él.

Darryl se aclaró la garganta y sonrió mientras decía: “Estoy aquí. Joven Maestro Vikara, por favor entra”.

Donoghue entró lentamente.

...

En ese momento, fuera de la base del campamento de los Nueve Continentes, una multitud de personas se apresuraron. Había decenas de miles de personas, todos vistiendo los mismos atuendos y exudando poderosas auras. Todos eran piratas.

Encabezándolos estaba un joven y dos mujeres.

El hombre tenía entre dieciocho y diecinueve años; se veía asombroso e inteligente con un aura excepcional.

Las dos jóvenes eran increíblemente atractivas y seductoras. Exudaban un aura joven y hermosa.

Eran Ambrose, Eira y Heather.

Después de viajar miles de kilómetros en el mar, finalmente llegaron a la Cordillera Caótica.

Cuando casi llegaban a la base del campamento de los Nueve Continentes, un par de soldados que patrullaban les gritó: “¿Identifíquense?”.

“¡Somos nosotros!”, respondió Ambrose en voz a