“Quien una vez fue pescador, siempre será pescador. Él está recurriendo a trucos tan infantiles. Creo que deberíamos detenerlo. De lo contrario, sería el hazmerreír de los otros Altares...”.

La multitud continuó burlándose de Darryl.

Al igual que Harvey, ellos pensaban que Darryl solo estaba bromeando.

Diana, quien estaba a un lado, asintió discretamente. Ella no esperaba que su discípulo recién reclutado conociera bastantes habilidades.

Darryl fingió como si no escuchara sus burlas. Él miró fijamente el océano y continuó haciendo esos ruidos de pez.

“¡Oye!”.

Finalmente, Harvey no pudo soportarlo más. Él dijo con frialdad: “Hazte a un lado rápidamente; no seas una vergüenza para el Altar de la Madera Celestial”.

Él estiró su brazo para tirar a Darryl hacia atrás.

El Altar Oro del Ryukin había estado esperando que el Altar de la Madera Celestial se hiciera un chiste de sí mismos, pero Darryl todavía estaba bromeando. Era despreciable.

¡Plash! ¡Plash! ¡Plash!

Sin embargo, antes