Capítulo 634
Frente a la mirada del hombre, la mano de Magnolia se posó en su hombro, —¿Cómo te llamas, guapo?

—Ricardo Vargas.

—Pues, señor Vargas, por favor, apártese, necesito hablar a solas con Gabriel.

Al fin y al cabo, se trataba de un asunto entre ella y su ex marido, y no quería la presencia de extraños.

Ricardo frunció el ceño y Gabriel, que estaba escondido detrás de él, se apresuró a decir, —No me voy a hablar contigo, hablamos aquí, no pasa nada indecoroso.

Magnolia miró a Gabriel con cierta urgencia y le dijo, —¡le pasa algo a la niña, te mataré!

Ricardo podía ver la ansiedad en sus ojos, y no era que estuviera fingiendo.

Entonces habló, —Podemos hablar en un sitio menos concurrido.

Magnolia asintió, —De acuerdo.

Los tres se dirigieron directamente al pasillo, donde no había nadie más.

Magnolia miró fijamente a Gabriel, —¿Dónde está la niña?

—Está bien, no soy un demonio que le pondría las manos encima a una niña.

—¿Por qué no ha funcionado el reloj-teléfono de la niña y qué le has hec
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