-¿Te gusta que te toque?- Vladek sonrió levemente repitiendo lo mismo que había escuchado antes de entrar en la biblioteca. La vio asentir con las mejillas todas encendidas y sus ojos aguados, era realmente excitante la vista. Su brazo rodeó su cintura y la apretó- Ven aquí- y la sentó a horcajadas sobre su regazo dejándola completamente abierta a él.
Los pequeños brazos rodearon su cuello para mantenerse más estable y volvió a buscar los labios del lobo. Temblaba de pies a cabeza y solo quería seguir hundiéndose en ese mar de emociones.