"¿Qué tan lejos está ese lugar?"
Ryder suspiró, caminando por delante de su sobrino, mirando ramas y más ramas, tierra, árboles, pasto. Habían estado caminando por horas y horas, con pequeñas paradas para que Theo descansara y pudiera cambiar para sanar su tobillo. Ahora caminaba desnudo, gruñendo cada vez que una rama arañaba sus pies, y escuchando las mil preguntas que él seguía haciendo.
"A unos cincuenta kilómetros, tal vez," murmuró sin ánimo.
"Oh. No está tan lejos."