Leandro finalmente se enderezó, alejándose un poco de la hermosa Rouse Becker.
— Me hubieses mandado un mensaje o llamarme, habría venido más temprano y no te hubiera dejado esperar. — Comentó él amablemente.
— Es que… — Rouse dudo por unos segundos si decirle el motivo o no. — La última vez que te llamé, no me respondiste nada bien, supuse que no te gustaba recibir llamadas que interrumpan tu trabajo; además, esto no es algo que tenga mucha importancia.
— Todo lo referente a mi hijo tiene mucha importancia para mí. — Confesó el apuesto Italiano comenzando a quitarse el saco. — ¿Esta bien si me pongo más cómodo?
Ella asintió rápidamente viendo como él se quitaba el saco, chaleco y corbata de tonalidades oscuras que llevaba puestos.
"Él huele muy bien…"
Pensó Rouse cuando le llegó la familiar aroma.
"También bailaba bastante bien la noche que le conocí y es muy caballeroso aún