Brian.- — Hasta que por fin se te ve la cara — Ya pareces una esposa Maggie y no me gusta –espeto de mala gana, la discusión con Julia me dejó de malas, verla me excitó con ese vestido negro ajustado y esas piernas… Hasta que se fue y mi polla nuevamente murió, ahora estaba aquí en la mansión de los padres de Maggie organizando una estúpida fiesta de compromiso. — Lo siento, sé que no quieres esto, pero mi padre está cada vez más intenso. — ¿Por qué no le dices quien eres en verdad? Muerde su labio y baja la mirada, niega como si fuera un animalito asustado y no la chica segura que me había mostrado anteriormente. — No lo conoces Brian, sería capaz de encerrarme en un manicomio con tal de que no lo avergüence, esta familia es… demasiado conservadora, mira este matrimonio ahora no te sirve de nada lo sé, pero solo será por unos meses, hasta que yo pueda trabajar y tener mi propio dinero. — Voy a ayudarte Maggie y te equivocas necesito este matrimonio para fastidiar a algu
Julia.-Odiaba que Cora me escogiera el atuendo para la cena con el doctor Rogers, la falda apenas me dejaba caminar, adicionalmente la abertura fácilmente le daría acceso sin esfuerzo a mi entre pierna, el top… por lo menos en la parte de arriba era un poco más recatado, cuando estoy sentada. — Si tienes frío, puedo bajar el aire acondicionado. — No, no, estoy bien tranquilo ¿A dónde iremos? — Te gustará, está en el boulevard 64th, se llama skyfall, un amigo es el dueño. — ¡Genial! Me sentía incomoda, pero quería darme la oportunidad de conocerlo, Anthony había demostrado ser un caballero y un buen conversador, es apuesto, inteligente muy empático, un hombre así no puede ser tan perfecto ¿o sí? “Solo disfruta Julia” me repito mentalmente las palabras de Cora. — Llegamos –observo la fachada del local, un lindo lugar y muy romántico. Al bajar del auto nos recibe el valet, el anfitrión saluda con cordialidad y respeto a Anthony y me agrada saber que él hace lo mismo. “Si fuera B
Julia.- — ¿Explicar qué Maggie? ¿Qué al final cediste a las exigencias de tu padre volviéndote heterosexual? Abrí los ojos de par en par ¿Qué diablos estaba pasando aquí? — ¡No ¿Cómo puedes preguntarme eso Kim? Te amo. Veo a la novia o prometida de Brian acercarse a la otra chica y me quedo pasmada cuando le da un beso en la boca. — ¿Y entonces que significó todo eso? — Dos cosas, la primera que mi papá quede realmente convencido que la boda va en pie, para que me deje espacio y no me vigile como halcón y la segunda Brian se consiguió a una chica y quiso darle celos apenas la vio con otro. Rodé los ojos y empuñé mis manos a los lados, con que de eso se trataba, darme celos. — Mi amor Brian ha sido un gran amigo, siempre estuvo dispuesto a ayudarme, claro a él le convenía tener también no tener una prometida que botara la baba por él y menos cuando le gusta una mujer en serio. Mi respiración se detuvo al escuchar esas palabras.— Cuando salgas verás a una castaña con ojos herm
Julia.- No sé de donde saqué la fuerza, tal vez mi hermana canalizó sus energías conmigo y su espíritu se metió en mi cuerpo, pero no imagine que fueran a salir palabras tan hirientes. Veía el rostro rojo brillante del hombre que estúpidamente amaba, pero él creyó que podría humillarme a su antojo, pues se equivocó. — No hay mejor hombre que yo –soltó apretando sus dientes–. y te lo voy a demostrar ahora mismo.Se abalanzó sobre mí, sus labios sellaron los míos antes de poder si quiera refutar sus palabras y como tonta cedí ante la dulzura de sus besos, mis piernas se ablandaron, mi ego flaqueó. Sus manos acariciando descaradamente y lujuriosamente mi cuerpo, excitándome. Su boca alejándose de la mía para explorar mi piel quemándola con cada beso y lamida, estaba tomando mucho de mí no soltar los gemidos que estaba reprimiendo. — Eres mía, solo mía –dijo entre jadeos. Me aprisionó a la pared pegando más su cuerpo al mío, obligándome a sentir la rigidez de su entrepierna, con de
Cora.- ¡No puedo creerlo! ¡Me lleva la mierda! La primera vez que entrego mi corazón y el resultado es… decepcionante. ¿Por qué? ¿Por qué me permití sentir algo por él? Todos son iguales definitivamente, debí seguir mi instinto, aunque bueno mi instinto parece haber perdido facultades, porque me gritaba que Ángelo era el hombre que me haría cambiar, que sería una mujer normal, que comenzaba a imaginarse una vida diferente. Un compañero de vida, con un hogar, tal vez… con un hijo o una hija. Ahora la tristeza y la decepción me envuelven por completo ¿Cómo es que la gente puede vivir enamorada siempre? ¡Ok, Basta! Desde este momento, no más lagrimas por alguien que no se las merece. Limpio mis lágrimas por última vez, inhalo tomando aire, permitiendo que eso me llene de fuerzas antes de salir de mi auto. — Volveré a ser la misma Cora de siempre, sin emociones, sin sentimentalismos, únicamente con mi familia. Decidida tomo mis cosas y salgo de mi auto, con cada paso que doy inten
Brian.-— ¡Brian, prometiste ayudarme! ¿Cómo me sales con que no te vas a casar conmigo? Masajeo mis sienes con mis dedos, al escuchar el estruendoso tono Maggie. — Sé lo que dije, pero no puedo casarme –veo como su rostro se pone rojo, pero eso solo sucede por un instante cuando vuelve a perder el color, desplomándose en mi sofá.— ¿Y ahora qué haré? Mi padre me echará la culpa, pensará que te dije que soy… –comenta con un deje de desesperación y sus ojos llenos de lágrimas. — Maggie, cálmate dije que no me casaría contigo, pero eso no significa que no voy a ayudarte –dije con calma. Se recompone por un breve momento, pero el pánico sobre lo que pueda pasar no la deja entender mis palabras. — Puedo darte dinero, lo suficiente para que comiences una nueva vida junto a Kim, lejos de aquí, yo puedo darle la cara a tu padre, después que te hayas ido. — ¿Harías eso? –pregunto con un ahogo lleno de esperanza. — Sí, –sonreí acariciando su mejilla, limpiando una lagrima que se le habí
Cora.-Salí de la casa sin que nadie me viera, por suerte mi madre no quiere despegarse de papá, ahora que ve a sus dos hijas con pretendientes anda en modo vigilante protector. Aprieto el volante con tanta fuerza que puedo ver mis nudillos ponerse de color blanco, aunque no lo quería debía cumplir con la cita de Rob, necesitaba saber qué era lo que se traía entre manos. Estaciono frente al hotel. — No puedo creer que esté haciendo esto.Suelto un suspiro cargado de absoluta resignación, miro en mi teléfono una vez más el número de la habitación que me envió. No me pregunten como supo mi número. Paso por la recepción sin mirar a nadie hasta llegar al ascensor, siento como el pecho se me contrae al ver los números pasar en la pequeña pantalla. Tengo el presentimiento de que esto no acabará bien. Cuando las puertas de color crema se abren, mi estómago se hunde, el pasillo bastante iluminado y la alfombra de color marrón oscuro me guían hacia el infierno. Cuando la puerta se abre
Brian.-— Ese idiota creía que estaba en karate kid Me observo en el espejo, sobre mi torso esta la marca roja de su zapato. — Se puede decir que me lo merezco, aunque él tiene la culpa por enterrar su miembro en otro hueco. Me sobresalto cuando el timbre vuelve a sonar. Antes de abrir me pongo en guardia, no va a volver a tomarme por sorpresa, abro la puerta. — Esta vez no me… ¿Cora? –me quedo de piedra al verla parada en mi puerta con los ojos hinchados, evidentemente de tanto llorar. “Genial, otra que me viene a reclamar por su relación fallida” — ¿Qué fue lo que te pasó? –me mira de arriba abajo. — Uhm… tu novio, se creyó Jackie Chan conmigo. — Estoy segura que te lo merecías Entorno mis ojos, el deje de diversión que apenas se asomó en su mirada desapareció. — ¿Podemos hablar? –pide con la voz ahogada, conteniendo el llanto–. Necesito que me ayudes. — Pasa –la dejo entrar, puedo ver lo conmocionada que está y no creo que sea por Ángelo–. ¿Cora qué pasa? ¿Le pasó algo