Los pasos de Lolita bajaron apresuradamente los escalones del porche. Un rugido en su pecho se agitó al ver el rostro de la mujer. Estaba furiosa, enfurecida por su presencia, sobre todo recordando lo que había hecho.
Por culpa de esa mujer, había malinterpretado a Diego.
"¿Tú, a qué has venido aquí?" Lolita se acercó a la mujer, con la intención de darle una lección, pero el hombre con el casco en la cabeza la detuvo.
"Señorita, controle su ira."
Lolita alzó la vista para poder ver a esa figura. Cuando el casco se abrió. La ira en el corazón de Lolita desapareció al instante. Una figura alta e imponente con rostro típico asiático. Piel demasiado blanca para ser la de un hombre, nariz respingona y labios gruesos y carnosos. Esa figura le recordó a Lolita a uno de sus ídolos favoritos de la tierra del ginseng.
"Tú..."
"Soy David."
"Sí, lo sé." Lolita a menudo escuchaba a Diego mencionar el nombre de David como su subordinado. Sin embargo, era la primera vez que veía su rostro. "¿Por qu