POV de DiegoEl silencio que quedó tras la revelación de Adriana era ensordecedor. Su mirada seguía llena de desconfianza, como si cualquier palabra que saliera de mi boca no fuera a cambiar nada. Y tal vez tenía razón. ¿Cómo podía esperar que me creyera después de todo lo que le hice pasar?La verdad era que mi arrepentimiento no había llegado de la nada. No era un simple capricho o una estrategia para mantenerla cerca. Adriana había demostrado ser mucho más fuerte de lo que jamás imaginé, y eso había empezado a despertar algo en mí. No solo respeto, sino también una necesidad desesperada de protegerla, de remediar todo el daño que le había causado.Pero ahora, con su vida en peligro por haber expuesto a Nancy y Dave, mis sentimientos eran lo de menos. Lo que importaba era mantenerla a salvo.—Robert, ¿dijiste que tenías información sobre sus movimientos? —pregunté, obligándome a ignorar la presencia de Adriana, aunque su respiración agitada hacía imposible no notarla.Robert asintió
POV de AdrianaA veces me pregunto si alguna vez encontraré la paz. Cada día, parece que mi vida se complica aún más, como si todo lo que tocara terminara hecho pedazos. La amenaza constante de Dave y Elena no me deja dormir, y la idea de que en cualquier momento puedan hacerle daño a las personas que quiero me consume. Ya no sé si lo peor es lo que ellos me hacen sentir o lo que siento al ver cómo la gente a mi alrededor, que en otro momento hubiera sido mi refugio, comienza a desmoronarse por su culpa.Diego, por ejemplo, solía ser mi apoyo, mi compañero de siempre, pero en los últimos meses algo en él ha cambiado. Al principio, pensé que solo era una fase, que estaba pasando por algo personal, pero no era solo eso. Él estaba dejando atrás su actitud arrogante y distante para convertirse en alguien más, una persona más cercana, más humana. No sé si me sorprende o me preocupa. A veces pienso que Diego está tratando de ser mejor porque quiere que lo vea como el hombre que siempre soñé
POV de AdrianaEra una noche larga y fría. La tensión en el aire parecía más pesada que nunca, y podía sentir el peso de todo presionando sobre mí. Dave y Elena eran implacables, pero ya no solo era ellos. Podía ver cómo se agrietaban las personas más cercanas a mí—Diego, Robert, e incluso yo misma.No había visto a Diego en un par de días. Después de nuestra conversación en el parque, pensé que tal vez las cosas cambiarían, tal vez él cumpliría lo que prometió. Pero empezaba a dudar si realmente era capaz de hacerlo. A veces, las palabras no eran suficientes.Era tarde cuando escuché el golpe en la puerta. La abrí y me encontré con Diego de pie en el umbral, su rostro sombrío por la luz tenue del pasillo.“Diego…” dije, con la voz ligeramente temblorosa. “¿Qué haces aquí?”Él entró en la habitación sin esperar invitación. Sus ojos estaban llenos de algo que no podía identificar. ¿Culpa? ¿Arrepentimiento? O tal vez era algo más oscuro, algo que lo había estado devorando durante días.
POV de Adriana—Adriana, no puedo seguir ignorando esto —susurró, su mirada fija en la mía, vulnerable, sincera—. No sé en qué momento pasó, pero me enamoré de ti.Mi corazón dio un vuelco. Su voz era firme, pero en sus ojos había un destello de miedo, como si temiera que lo rechazara de inmediato. Y quizás debería haberlo hecho. Pero no lo hice.Antes de que pudiera responder, antes de que las dudas y los recuerdos me inundaran, David cerró la distancia entre nosotros y me besó. No había planeado ese momento, pero cuando sus labios se unieron a los míos, la tensión que había estado acumulándose entre nosotros explotó. Fue un beso intenso, lleno de deseo reprimido y emociones encontradas. Y aunque parte de mí quería entregarse por completo a él, otra parte no podía olvidar el pasado.Cuando nos separamos, el aire entre nosotros se sintió eléctrico. Yo estaba temblando, no sé si de miedo o de algo más.—David, yo… esto no debería estar pasando.—Dime que no sientes nada y me alejaré —d
POV de DiegoEl aire se sentía denso, cargado de una tensión insoportable mientras observaba a Adriana desde la distancia. No importaba cuántas veces intentara racionalizar lo que sentía, no podía negar la punzada en mi pecho al verla tan cerca de otro hombre. Y no cualquier hombre. David.Mi instinto me gritaba que algo iba mal, que su cercanía no era casualidad, que había una historia entre ellos que se me escapaba. Pero lo que realmente me hacía hervir la sangre era que Adriana no se alejaba. No apartaba la mirada. No lo rechazaba. Y entonces lo vi. Ese beso que me arrancó el suelo bajo los pies.El mundo pareció detenerse por un instante. El ruido a mi alrededor se difuminó y todo lo que quedó fue la imagen de ellos dos juntos, de los labios de Adriana presionándose contra los de él, de sus dedos aferrándose a su chaqueta como si temiera perderlo. Me sentí como si alguien me hubiera atravesado el pecho con un cuchillo.Respiré hondo, intentando calmar el torbellino de emociones qu
POV de DiegoLa noche era fresca, y el sonido de la lluvia golpeando suavemente contra el ventanal del bar me daba una sensación de melancolía. Estaba allí, sola en una mesa junto a una copa de vino casi intacta, cuando escuché sus voces.David y su exnovia.Mi corazón se detuvo un instante al reconocer el tono familiar de su voz, ese murmullo cálido que solía ser solo para mí. Me moví lentamente, intentando no hacer ruido, hasta quedar a una distancia lo suficientemente cercana como para captar cada palabra."No puedes negar que hubo algo entre nosotros, David," dijo ella, con un dejo de dulzura manipuladora."Eso ya quedó en el pasado, Helena. Ahora estoy con Adriana," respondió él, pero su voz no sonaba firme, sino titubeante, como si no estuviera completamente convencido de sus propias palabras.Cada fibra de mi ser se tensó. Sentía como si la habitación se estrechara a mi alrededor, sofocándome. Su silencio posterior me golpeó más fuerte que cualquier declaración. Me alejé rápida
POV de AdrianaEl aire estaba cargado de tensión mientras observaba a David al otro lado de la habitación. Desde que escuché aquella conversación con su exnovia, algo dentro de mí se quebró. Lo había idealizado como el hombre que podía hacerme olvidar a Steve, pero ahora todo se tambaleaba.Los últimos días había estado distante, incapaz de enfrentarlo sin recordar sus palabras. La forma en la que ella le susurró su amor, la manera en que él no la rechazó de inmediato... ¿Había sido siempre un juego para él? Me odiaba por dudar, pero el veneno de la desconfianza ya había echado raíces en mi corazón.David se acercó, su expresión reflejando preocupación. —Adriana, ¿estás bien? Has estado distante estos días.Forzé una sonrisa. —Solo he tenido muchas cosas en la cabeza.—Sabes que puedes hablar conmigo. ¿Acaso hice algo que te molestara?Por un momento, quise soltarlo todo, enfrentarlo con lo que había escuchado. Pero el miedo a la respuesta me paralizó. —No es nada, David. Solo necesit
El sol apenas comenzaba a asomar sobre el horizonte cuando Diego llegó al centro de acopio. La brisa de la madrugada traía consigo el eco de voces coordinando esfuerzos, el crujido de cajas siendo movidas y el murmullo de voluntarios preparando suministros. A pesar del cansancio acumulado en los últimos días, Diego se sintió revitalizado por la energía del lugar. Sabía que lo que estaban haciendo allí era mucho más grande que él mismo.Cuando vio a Adriana al otro lado del almacén, su corazón latió con fuerza. Su figura, iluminada por la luz tenue de la mañana, reflejaba una determinación que Diego encontraba hipnotizante. Ella estaba organizando una lista de entregas, con el ceño levemente fruncido y la mirada fija en los papeles que sostenía.—Necesitamos asegurarnos de que estas medicinas lleguen antes del mediodía —dijo, dirigiéndose a uno de los coordinadores.Diego sonrió al verla tan enfocada. Se acercó con pasos decididos y, cuando ella levantó la vista y lo vio, su expresión