Parte 1...
Ana...
Hice todo lo que pude para salir temprano y no dejar nada pendiente para el día siguiente. Estoy tan nerviosa por esto que ya dejé caer el bolígrafo dos veces y me golpeé la rodilla en la esquina de la mesa.
Espero estar interpretando correctamente las señales que pedí. Si es que fueron señales para mí.
Fui a la cafetería a buscar un refrigerio para comer aquí mismo y ya me interrogaron sobre si salí en el coche de Sandro. Puedo imaginar lo que van a decir si ven que estoy saliendo con el jefe. Los chismes se propagarán rápidamente.
¡Ay, Dios mío!
Mis manos están temblando, necesito calmarme. No es gran cosa, solo vamos a su casa para arreglar todo y tiene que ser un lugar seguro, sin nadie cerca que pueda escuchar y divulgarlo por ahí.
Después de que me dijo que lo esperara, me dejó tranquila. Ya salió de la oficina tres veces y ninguna vez me dio instrucciones para hacer algo.
Su expresión me pareció un poco cerrada, preocupada. Yo también lo estoy, pero eso no es