Decir que Erick era un traidor, que estaba escondiendo la droga en lugar de entregarla y que por eso se había enfrentado a él, fue sencillo.
Lo que no fue sencillo para Alfa, fue lidiar con el dolor de saber que estuvo ayudando a un infeliz desgraciado que la manipuló todo este tiempo.
Nada de lo que ella esperaba está sucediendo y esa sensación de descontrol la mantiene alerta, con crisis de ansiedad que se calman con aquellos chocolates que Dan se las arregla para enviarle y con un plan trazado para liquidar ese asunto de una vez.
El problema es que para hacerlo, debe viajar a Los Ángeles, reconocer el terreno y saber qué puede hacer para desaparecer de la faz de la tierra a Coussins.
Podría haberlo hecho ya, pero su salud cada vez la limita más.
La última semana ha estado con mucho sueño, con náuseas y vómitos. Ahora mismo, está sentad