Capítulo ocho
—¿Qué te asustó mi niña? —Elizabeth hace acto de presencia y me refugio en sus brazos.
Suspiro de miedo—Ahí... Ahí hay alguien—señalo el lado izquierdo de la cama y Matías se relaja.
—Es solo el Alp... Wade—suelto a mi madre y abro mis ojos tanto como puedo.
¿Escuché bien?
Wade, aquí.
—¡¡¡¿AQUÍ?!!! —grito tan fuerte que todos se tapan los oídos. Escucho voces detrás de nosotros y veo a la señora que ví dormida junto a una jóven más jóven.
No mira , una joven vieja.
Cállate, enfócate en lo que pasa.
Bien.
&nbs