Capítulo veintiuno
—¿Tú no comerás? —pregunto ahora si alzando mi mirada para observarlo directamente a los ojos.
Suspira —claro que sí—su voz gruesa y seductora hace que pase esa corriente por mi cuerpo de nuevo —estoy esperando mi comida.
—Oh, bueno.
El silencio incómodo se hace presente y el decide romperlo-¿No comerás?
—No hasta que la tu...
—Señor Wade. Aquí está su almuerzo, buen provecho—su secretaría le tiende una bolsa gigantesca y se retira de nuestra vista.
—¿Decías? —niego y abro la bolsa.
La hora se pasa entre habladurías de parte de él hasta que dice algo que me sorprende —Tenemos que hablar con la tel