¿Dónde estás Luna?

-Debió ser terrible lo que hizo esa joven para salir llorando de esa manera. Comentó Zack, parado en mi puerta.

Yo no agregué comentario, estoy muy molesto, y Jack esta intentando tomar el control.

-¡¡Es humana, no debería estar aquí!!. No estamos en la oficina, no entiendo cómo ha llegado a éste lugar.

-¡Es lo que hace la necesidad! ¡pobre jovencita!de seguro los lobos la habrán devorado en el camino... respondió zack riendo.

-¿Quéeee?, empalicí al escuchar esto.

-¡Es muy tarde! dijo él con una sonrisa maliciosa.

El simple hecho de pensar que está sola en el bosque tan frágil me paralizó, no quiero que nada le suceda.

Me despedí de mi beta, tome mi forma lobo y corrí hacia el bosque. No puedo creer que haya sido tan descuidado, estoy tan molesto conmigo mismo.

Corrí varios kilómetros, y no puedo sentir su olor, estoy muy asustado.

Jack esta desesperado, puedo sentir su angustia... la sensación de pérdida es insoportable. El pequeño camino se acaba, no había señal.

¿Dónde estás Luna?

En el camino ví a algunos de mi manada, sé que no la han visto porque sentiría su olor en ellos. Hicieron una reverencia y luego continue...

¡Es su aroma! está por aquí...

¡Oh por Dios! es ella...

Me pregunto, Cómo hizo para sobrevivir. Quizás la diosa de la luna está de su lado, pensé.

Me acerco despacio sin que me note, por qué está asustada.

¡¡Tenemos que sacarla de aquí!! Volví a mi forma humana y la envolví entre mis brazos, para que se durmiera con mi aroma. Corrí hasta casa, nosé qué fue lo que le sucedió, tiene varias cortadas en su cuerpo.

La dejé en mi cama, ella dormía tan plácidamente, como si nada hubiese pasado y eso me tranquilidad.

Curo sus heridas con delicadeza, mientras la observó con atención, es realmente hermosa. No sé qué hacer con ella...

Su rostro es perfecto, su cuerpo es delicioso, aprovechó que está dormida para lamer su cara, mientras aspiro el rico aroma a flores que me enloquece.

No estoy interesado en una relación amorosa, eso no es lo mío, pero ella me pertenece por derecho. No puedo tan solo tomarla porque sé que son muy frágiles y emocionales.

Esto no será un problema, soy muy bueno con los negocios, lo mejor que puedo hacer es ofrecerle un trato. Ella necesita dinero y Jack necesita de ella, además, no podría rechazarnos por qué soy muy apetecible.

Su puesto como niñera ya no está disponible, Antonia es un lobo y se encargará de Mathew.

Sé que en cualquier momento se despertará, tomé distancia, mientras disimulaba no verla.

Abrió los ojos, observó a su alrededor tratando de reconocer el lugar, luego me vió y eso la asustó.

-Se..Señor, disculpe... nosé cómo he llegado hasta aquí. Me respondió confundida, intentó ponerse de pie y se quejo del dolor por la herida que tenía.

-¡Descuida! estaba de salida y te ví desmayada en el bosque... por poco te conviertes en alimento para los lobos. Le respondí, aparentemente eso le trajo recuerdo, nosé qué fue lo que vio pero fue algo que le aterró.

-No sé qué sucedió... creí haber visto a unos hombres... ¡Auuh!, dijo mientras observa sus heridas. Yo no podía dejar de mirarla, cada expresión cada mueca...¡es única! suspiré.

-¡Muchas gracias Señor, me salvó la vida! me dijo, con interés... rápidamente la interrumpí, no quiero que la charla se tornará sentimental, eso no es para mí.

-¡Puedes quedarte aquí hasta que te recuperes! Carmen te traerá la cena, le dije luego salí de la habitación, casi me muero por contenerme frente de ella.

Es difícil de explicar lo que me gustaría hacerle, quisiera arrancarle de a pedazo su ropa, luego besarla, morderle, sentir su piel y cogerla hasta escuchar gritar mi nombre, lo haría una y otra vez... hasta su último aliento.

¡Uff cuántas cosas te haría Elizabeth!! ¡¡Eres mía!!Mordí mis labios, lo mejor que puedo hacer es alejarme para no cometer una locura. Si tan solo fuera un lobo, aunque...si la marcará, podría hacerla mis, después de todo, ella me pertenece. Sé que me desea por cómo me mira, conozco esa mirada... Después de todo, yo soy el sueños de muchas mujeres, todos me aman por cómo soy, y sobre todo el poder.

Sonreí, decidido me dirigí nuevamente hacía la puerta.

-¡Disculpe señor, Andres está aquí! Interrumpió Carmen, y fue lo mejor que pudo haber hecho para distraer mi mente.

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