No sé de dónde saca valor para cuestionarme. Eso me provoca terribles ganas de azotarla, ¡sin ropa claro!.
Estoy repasando el informe, pero llama mi atención el no encontrar nada sobre su hijo.
-Debo irme Alfred. Escucho decir.
-¿Quién es el padre de la cría? pregunté sin más.
-Yo... no lo sé, respondió temerosa, la observó con seriedad.
-¡Déjame ponerte en contexto Elizabeth!...
Los lobos contamos con grandes capacidades sensoriales, desde aquí puedo oir a gran distancia,
puedo oler... Mmmm, ¡tu hueles exquisita!, puedo percibir tus miedos y también SÉ CUANDO ALGUIEN MIENTE, asi que, ¡no te atrevas! ¿Lo has comprendido?
Ella asintió y eso me alegra porque la paciencia no es lo mío.
-El padre era un granjero, se llamaba Ronni, es lo que recuerdo, pero jamás lo conocí.
-Explícate... le dije elevando una ceja. -Quiero saber todo.
-De acuerdo.
-Cuando llegué a Irlanda, fui parte del servicio voluntario para ayudar a las personas, ahí conocí a una hermosa mujer llamada Rapsody, me hice mu