—No vuelvo a contarte nada nunca más, Larissa. —Trato de no enojarme cuando Evan comienza a regañarme enfrente de una furiosa y bastante preocupada Aria.

Ella había corrido hasta la casa de él apenas habíamos finalizado la llamada. Sin embargo, tuve que venir unos minutos después, ya que Evan se había puesto furioso al enterarse de que la que le había contado todo había sido yo.

—Siempre respeté tus secretos, por muy inmaduros que fueran, así que pensé que tú harías lo mismo, pero...

—¡Ya cállate! —Aria lo golpea en el hombro a modo de regaño y yo le agradezco con la mirada. Odiaba cada vez que Evan me regañaba; era odioso en esa faceta— No puedo creer que pasaste por todo esto solo, sin contar que terminaste conmigo por teléfono por una tontería. ¡¿Sabes lo dolida que estaba?! ¡Casi repruebo una de mis materias más importantes buscando la razón por la cual me dejaste, idiota!

Oh... ¿Aria diciéndole idiota a Evan?

Jamás pensé que viviría para ver algo así. El mencionado baja la cabez