Quien hubiera esperado que los acontecimientos del pasado, que fueron como una caída de derrota, cambiarían por una de victoria. Apenas la joven revelo su identidad como “reina”, cediéndole el movimiento diagonal dentro del circulo que rige para brindarle confianza y estabilidad como su arma, torciendo la apuesta de manera favorable para el hombre.
Marco estaba listo para declararla como su segundo reto fallido, pero ella quería torturarlo más. Supo de inmediato que al aceptar el contrato seria usado como un arma que jugaba en ambos equipos, como un impostor que, en cuestión de segundos, debería elegir un bando al que servir.
Sin importancia, comprendió que podía ganar con ambos si les daba lo que anhelaban. Cumplir con el trabajo mientras iluminar la ignorancia, le recordaron a las falencias que alguna vez él tuvo.
–Si desea que sea un alfil en tu juego, lo seré –asentó con la cabeza, recuperando la mano–. Pero debe estar consiente de mi limitada información –finalizo el pacto, con