Al llegar e irrumpir en la habitación ajena, se acercó a una silla alcanzando la estantería de libros donde encontró una caja metálica con muchas llaves que conocía. Tomo la caja y aspergió las llaves sobre la cama, notando cuales eran para los autos, acceso al garaje de helicópteros, el de aviones, distintas habitaciones, entre otros. Todo lo que necesitaba estaba frente a ella.
–Bien. En marcha –tomo las llaves que le interesaban, junto a la de la puerta principal, corriendo de prisa al dormitorio donde tomo una mochila ya preparada, y se la colgó tras la espalda –al fin libre.
Decidida a salir, recordando que dejaba un colgante preciado sobre el escritorio, en donde también estaba el contrato firmado por Marco y ella en compañía del esfero antes arrebatado.
Mariana se colocó el colgante, tomando el contrato que ojeo deteniendo la vista en la firma de Marco que le resulto bonita >>lo siento, pero no puedo cumplir esto<<
Lanzando la hoja sobre el escritorio, el esfero rodo por este,