CAPÍTULO 6 – Acepto.
Eran las tres de la madrugada cuando Briana se sentó de golpe en su cama, mientras todo su cuerpo titilaba del escalofrío. Su frente estaba bañada en sudor, y su pijama incluso se pegaba a su cuerpo.
No lo iba a poder soportar, entonces dando vueltas por la habitación, lo decidió. Maya no merecía su indiferencia, esperó que se hicieran las seis de la mañana, y se dio un baño para arreglarse y asistir a la escuela donde ella actualmente daba clase de primaria.
—Señorita Hansen… ¿Qué la trae a la oficina del director? —el hombre moreno de 50 años le sonrió, y luego juntó sus manos.
Briana trató de ofrecerle una sonrisa, pero estaba demasiado nerviosa.
—Señor, yo quiero hacer una petición.
—Claro, profesora Briana, ¿Qué necesita?
Ella tomó el aire y lo soltó sin decoro.
—Un permiso… largo.
El hombre parpadeó rápido, y luego frunció el ceño.
—¿Está todo bien? —ella negó.
—No, señor… mi hermana acaba de morir y…
—Supe del suceso, y lo lamento mucho. Pero usted tiene un permiso de una seman