Jhon todo ese tiempo habló con Tifa, haciendo se pasar por la esposa despreciada, y cada día salía muy temprano y llegaba muy tarde en la noche, evitaba encontrarse con ella. Entró y fue directamente a la cocina, sirvió un vaso de agua y miró las flores en el cesto de la basura.
Apretó los labios dejó el vaso y subió a su habitación.
Y como cada noche se concentraba en adelantar el trabajo.
Mientras
Rania sentía estrujar su corazón, había decidido darle fin a su matrimonio sin siquiera haberle dado una mínima oportunidad de parte de Jhon.
—¿Adulterio? —preguntó el abogado Ferrer mientras escuchaba a Rania a través del teléfono.
—Así es abogado, lo único que tengo es su confesión, y no tengo una evidencia.
—Esperemos que con esto sea suficiente para ejecutar el divorcio.
Rania estaba preparando su viaje, sentía que ya nada podía hacer, había intentado y pedido a Jhon, dar una oportunidad a ese matrimonio Pero el dejó más que claro que no lo deseaba.
Tifa había dejado la habitación de