Se me ponen las mejillas coloradas cuando recuerdo todo lo
que hicimos ayer y lo de esta mañana en su oficina. Nik es tan fuerte, bestia,
rudo y amoroso al mismo tiempo preocupándose en tocar justo en los lugares
correctos para hacerte volar.
Me abanico para poder concentrare en lo que queda de
trabajo. Tengo demasiados nervios por lo que pueda decirme ese hombre, pero no
tengo dudas de querer hacer esto.
Pasado las síes de la tarde ingreso a su oficina, no salió
en todo el día y tampoco fui a visitarlo, solo le comunicaba las llamadas.
—Hola—ingreso percatándome que
estaba concentrado en su computadora.
—Hola—me hace sonreír su
amabilidad—¿Qué quieres?
—Me voy ya con Aleksa—le
informo—quería saber si me necesitas para algo mas.
—No, estoy bien no te preocupes—dice
con seriedad esta vez y no me gusta verlo asi conmigo. Me gusta el Nik lindo, y
relajado con expresiones serias, pero bonitas.
—¿Estas enojado?—pregunto con temor.
Estoy segura que no esta muy contento de permitirme ir con