De lejos se oían pasos rápidos resonando por todo el largo pasillo que se dirigía al despacho del director.
-buenos días francisca -saludo el joven a la secretaria, que apenas se veía detrás del monitor, está levanta la mirada y sólo llega a ver la espalda, antes de que entre al despacho sin golpear.
-por fin llegaste, acaso no existe los ascensores porque tardaste -decía con voz fría, detrás del despacho con una postura que demanda poder.
-lo siento, el elevador esta en reparación y tuve que usar las escaleras.
Le decía mientras en su mano tenía un sobre totalmente sellado.
-aquí tiene su paquete -y le tendió antes de que se volviera a enfadar.
-dámelo y para la próxima, haz más cardio te ayudará en el futuro; estas muy flaco.
El chico no se sintió intimidado, ya había oído que tiene una lengua filosa y después de su Último jefe, nadie puede ser peor.
Mientras tanto la persona sentada rompió el sobre y de ella sacó una carpeta, empezó a ojearla, se encontró con varios papele