En la segunda semana de febrero, al regresar del hospital, Alex se encuentra con un hogar en silencio. La ausencia de voces familiares lo lleva directamente a un largo baño. Después de aquel momento de renovación, Alex se viste y se dirige a la sala del apartamento.
A medida que se acerca a la cocina, voces familiares capturan su atención. Al entrar en la habitación, encuentra a Rebecca inmersa en una conversación seria con los hijos. Se apoya en el marco de la puerta, observando la escena con una mezcla de curiosidad y cariño.
– Nicolás, por supuesto que no puedes jalarle el cabello a tu hermana. – Declara Rebecca, su mirada transmitiendo seriedad mientras se dirige al hijo en la silla. – Pídele disculpas ahora. – Ordena, ejerciendo su autoridad materna.
– No lo haré, mamá. Ella me molestó, se lo merecía. – Replica Nicolás, desafiando a su madre. Alex permanece en silencio, absorbiendo la dinámica familiar que se desarrolla ante él.
– Nicolás, no volveré a hablar contigo, no me provo