—Es increíble. — Susurra Azir.
—Está en un compartimiento secreto del closet de la reina. — Dice él.
—Eso tiene que ser mentira. — Le dice Azir.
—Ella lo confeso antes de morir, pero yo era un niño, nadie me creyó. — Dice el tipo con una sonrisa desquiciada y lagrimas en los ojos.
—Debemos salir