Capítulo 3

La enfermera, quedo atónita por mi acción y no tuvo ni tiempo de reaccionar, solo pudo verme caer duramente al suelo. Según mi comprensión, esta voz familiar que escuché pertenecía a Ana, a la que no escucho en cinco días.

Caí pesadamente al suelo, pero el dolor no me importó, mi cuerpo aún estaba débil, después de pasar por mucho tiempo tendido en una cama, y pasar el resto del tiempo en un silla de ruedas, mi cuerpo aún no se había recuperado completamente.

Quise arrastrarme en dirección a la habitación de donde provenía la voz, pero en ese preciso momento, un hombre de mediana edad que vestía un traje negro muy elegante se acercó a toda prisa, cuando llego conmigo, lo primero que hizo fue darle una bofetada a la enfermera que me llevaba de vuelta.

Yo lo vi todo, estaba sorprendido y algo molesto con la actuación de este hombre, además este era un hospital, como podía actuar de esta manera incluso en este tipo de establecimiento, y más con una mujer.

Estaba realmente molesto, entonces le grite con enojo: “¿Qué te sucede imbécil? ¿Por qué la golpeas?”.

En ese momento, toda mi persona fue alcanzada por un rayo, aunque grite con una furia potente, mi voz apenas fue un susurro, pero lo que más me sorprendió fue que la enfermera se estaba disculpando llena de pánico.

Yo creí que ella se molestaría y llamaría a los guardias para que lo controlaran, pero parecía que la enfermera estaba rogando por su vida viendo la manera en la que se disculpaba: “lo siento señor Esteban, lo siento”.

Sin darme cuenta, la puerta de la habitación de donde provino la voz parecida a la de Ana se cerró repentinamente, encima pusieron la indicación de no molestar, aunque aún quise ir para averiguar, ya no me atreví.

Ya que el hombre de mediana edad se acercó a mi después de dejar a un lado a la enfermera, cuando estuvo frente a mí, se arrodillo de inmediato y dijo algo nervioso: “señor, le ruego me disculpe la demora, por mi retraso, esa mujer incompetente lo hizo pasar un mal rato”.

Con estas palabras, mi molestia se dispersó y quede confundido. Yo quede como un inocente al que acaban de sentenciar a cadena perpetua por asesinato, se están equivocando, no se por que me dicen todo esto, y es justamente lo que le digo a este hombre.

- “no se a lo que se refiere, me está confundiendo señor”. Mi voz aún se oía bajo, pero estaba seguro de que en esta ocasión si me había escuchado, después de una pausa, quería preguntar por que golpeo a la enfermera así de la nada, pero el hombre me interrumpió.

- “¿Cómo puedo confundirlo maestro Jhoan?”. Aunque usted no lo sepa, siempre eh estado cuidándolo, estuve esperando su recuperación todo este tiempo, en los últimos 3 años no deje de buscar la manera más rápida de devolverle la vista”.

Después de unos segundos de silencio, el hombre continuo: “puede que no lo sepa, pero siempre hubo alguien que lo cuidaba entre las sombras, pero un pequeño descuido de mi subordinado le costó el reciente accidente a su persona, le ruego me disculpe”.

- luego volvió a decir apresuradamente: “Pero no se preocupe, ya me ocupé de su castigo, pero ahora, que veo a un nuevo incompetente, dejándolo caer de esta manera, no me pude contener”.

Yo aun me encontraba confundido, no entendía nada de lo que estaba hablando este sujeto, mientras más hablaba este hombre de mediana edad, menos entendía yo, estas palabras incluso me hicieron olvidar momentáneamente a Ana.

Pero una cosa si entendí, y esta cosa era el por qué este hombre golpeo a esta enfermera, aunque fue todo un malentendido, este hombre se enfureció como si hubiera visto a su amo ser tratado como cualquier cosa solo por el hecho de estar débil.

Entonces le dije después de pensar detenidamente: “no se si está cometiendo un error o me está confundiendo, pero, por el momento, podría pedirle que me ayude a levantarme”.

El hombre me vio con nerviosismo y dijo apresuradamente: “por supuesto que si señor, por supuesto que sí”. Con eso dicho el hombre se preparaba para ayudarme, pero le dije algo molesto: “pero primero quiero que se disculpe con la señorita”.

El hombre se queda estupefacto por mis palabras, pero de todas formas se levantó y se disculpó de manera sincera, la enfermera se sintió asustada al principio, luego me miro y disculpándose me agradeció, realmente estaba nerviosa.

Luego sin decir más palabras, el hombre de mediana edad me ayudo a levantarme y me subió a la silla de ruedas nuevamente, después, simplemente me llevo de vuelta a lo que supuestamente era mi habitación.

Esta habitación de pacientes, parecía una suite presidencial, era una enorme habitación con todo tipo de lujos, al principio creí que mis nuevos ojos me estaban jugando una mala pasada por así decirlo.

Entonces pregunte confundido: “¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué no me llevas de inmediato?”.

- “esta es su habitación mi señor”, me respondió, después de una pausa continuo: “puede que usted no lo entienda en este momento, pero se lo explicare en un momento, por ahora permítame ayudarlo a recostarse”.

Asentí aún más confundido, seguía sin comprender a este hombre, ¿Cómo podría ser esta mi habitación? Después de todo, mis padres murieron un año antes de que me quedé ciego y la familia de mis tíos y mi abuelo son pobres, y yo hace unas semanas me ganaba la vida como un fisioterapeuta, entonces de donde se supone que salió todo el dinero para esta lujosa habitación y este enorme hospital, ¿acaso ganamos la lotería?

Ah, entonces pensé, debe ser todo parte de un estúpido sueño, o una pesadilla, de repente aparecía Ana, alguien que realmente se preocupaba por él y lo hacía sentir especial, incluso pudo recuperar la vista después de 5 años de intento, al poder ver, se encuentra en este hospital y tiene una lujosa habitación, además de que este hombre es respetuoso con él.

Al ver mi expresión, el hombre delante de mí sonríe, se vuelve a arrodillar en una pierna y dice: “maestro, me llamo Julio Gómez, soy su subordinado, y usted actualmente es el hombre más rico del país, contando con un activo total de 523. mil millones de dólares”.

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