—Mi amor, no tengo palabras para expresar mi arrepentimiento por lo que hice contigo. Yo nunca quise jugar con tu corazón, pero estaba consumido por la ira, me sentía deshecho, por lo que me habían hecho; y es verdad que esto no es ninguna excusa para querer cobrar venganza contigo, pero hay una historia muy larga que tú tienes que escuchar, para que me puedas entender. —le dijo Kyong con lágrimas en los ojos.

—Ya no sé si quiero escucharla. Me has lastimado de una manera muy profunda, y ya no confío en ti. —le dijo ella con lágrimas en los ojos, y la respiración un poco errática.

—Yo sé sé que la decepción que estoy viendo en tus ojos, es lo que me merezco por haber sido un imbécil, pero yo necesito contarte la verdad, mi verdad, porque de esa manera, podrás entender un poco más mi realidad, y el por qué de mis decisiones.

—Aunque no lo creas, yo entiendo por qué te aceptaste a mí, y por qué sientes tanta rabia en contra de mi familia. Pero, lo que yo nunca voy a entender es