Pasaron varias semanas desde que David y yo nos casamos y como él me dijo en nuestra noche de bodas, no volvió a ponerme la mano encima, nos veíamos para desayunar y algunos días para comer. Una de las mañanas desayunando note que estaba muy nervioso
— Está noche te mandaré al chofer con mi coche para recogerte, vamos a cenar con Mendoza y su mujer — me dijo muy serio
— ¿No tienes citas con tus putas? no sé para qué me necesitas — contesté
— Andrea te equivocas conmigo y ya te avise que tu me buscarías, — me dijo
— Está bien, no quiero discutir contigo ¿para qué necesitas que vaya contigo a esa cena? — pregunté
— Esta noche lo sabrás, ahora no tengo tiempo para ti, me voy — me dijo
Por la noche como me dijo mi marido vino el chofer a recogerme, como hacía mucha calor me puse un vestido corto, con escote cuadrado cogido a mi cuello y la espalda descubierta, con los zapatos de tacón todo lo alto que podía, por mi estado de gestación.. Subí al vehículo marchandonos al restaurante donde D