EMMA.
—Hay mucho a favor y en contra… pero lo más importante de este proceso son las pruebas…
Restregué mis ojos, y luego negué.
—Esa mujer nunca va a declarar en contra de él y decir que es su amante… —le dije al abogado y él se ajustó sus gafas.
—Eso depende… recuerde para quien trabajo…
Ahora nos encontrábamos solos en la oficina a mitad de semana. Noah, por supuesto, no había venido desde el inconveniente.
Su misterio era demasiado para mi estabilidad. A veces aparecía y dejaba sus estragos y luego desaparecía como si nunca hubiese estado.
—¿Y qué tiene pensado? —pregunté, pero el abogado me miró y luego volvió a sus apuntes.
—Haré algo… ¿Me puede decir que tienen en común? Me refiero a los viernes materiales… —asentí describiendo todo junto a una acción que mi padre me dejó en su empresa de neumáticos. El resto era de mamá, y no me importaba.
Pasamos varias horas en el asunto, y luego de que terminé con él comencé un trabajo que tenía acumulado de algunos proyectos.
El abogado di