Gael había salido algo dolido, pero sabía que era normal, su reacción, ella debía procesar lo ocurrido, salió rumbo a su casa, no quería trabajar, quería estar solo para pensar cómo ayudar a Audrey en lo que ella había pasado. Así ella no le volviera a hablar él volvería hacer lo mismo una y otra vez, no se arrepentía. Recordó las palabras de la doctora y luego lo que Audrey le había dicho y decidió llamar a la doctora insolente y preguntarle por el lugar que le había mencionado.
Luego de conseguir el número de la tal Montserrat Valencia, la llamó de inmediato.
—Hola — una voz muy dulce contestó al otro lado.
—Sí, hola, ¿Montserrat Valencia?
—Sí, ella habla.
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