Desayunamos las dos esperando a Carla nuestra vecina, quien era la que la iba a acompañar al hospital, cuando ya llego, cogi mi bolso, abrace a mi hermana y a Carla marchandome a la calle, donde Sandra ya me esperaba dentro de su coche
— Cuando lleguemos voy a hablar con el jefe, necesito estar con mi hermana hoy — le dije
— Sabes que se lo cobrará ¿no? — me dijo Sandra
— Ya lo sé, pero es mi hermana, me da lo mismo lo que haga ese baboso conmigo, pero no dejaré que mi hermana se muera — respondí
Nada más aparcar Sandra el coche en el parking, bajamos viendo a Mario en la puerta de los ascensores, Sandra y yo nos acercamos hasta donde él estaba sonriendonos.
— Buenos días señoritas, Sofia te estaba esperando, el sábado fui al club donde vais siempre y no te vi, ¿estabas enferma? — me preguntó
— No Mario, gracias por preguntar, pero no estaba con ánimo de salir — le dije
— ¿Vas mucho tu por ese club? — preguntó mi amiga
— No, pero llevo dos sábados llevando a un amigo mío a ese club y