Ramsés Ballesteros, tuvo que pedir que le aplicará un ligero sedante a su hija, ella no se calmaba, amaba demasiado a Drago Ferreira, pero él ahora parecía tener otros intereses
— Cariño, debemos ir por los niños, aprovechemos que Aithana está durmiendo, no podemos demorarnos mucho
— Si, vamos, todavía no puedo creer que Drago, le haya hecho esto, pero si lo hizo, él no se merece a nuestra hija — El matrimonio salió a la mansión Ferreira, pronto estaban haciendo una maleta para cada uno de sus nietos, al bajar las escaleras se encontraron con Danilo y Violeta, a ellos les extrañó demasiado ver qué se estaban llevando a Dallán y a Amelia
— Ballesteros, ¡¿Qué crees que estás haciendo?! no te puedes llevar así a los niños, ¿qué demonios te pasa? ¿acaso te volviste loco?
— ¿Quieres saber que es lo que me pasa? ¡míralo por tí mismo! — El CEO, le mostró su celular, se había enviado el vídeo ahí
Danilo, no podía creer lo que sus ojos veían, era su hijo besándose con otra mujer qu