El líquido picante se deslizó por su garganta hasta el estómago y luego saltó a sus extremidades, y todo el cuerpo de Flavio ardió, un fino rubor rojizo se extendió por su cara.
Dijo Javier: —Señor Lis es un buen bebedor.
Cogió la botella y le sirvió a Flavio una copa de vino, colmándole de cumplidos.
Flavio miraba a Javier con indiferencia, no tenía la menor intención de beber.
Continuó Javier: —señor Lis, le deseo tener las suertes y puede cumplir sus deseos.
Tras decir esto, también dirigió sus ojos a Cecilia.
Flavio estaba furioso que empezó a animar a otros hombres a perseguir a Cecilia después de su desaparición.
Flavio hizo una mueca de desprecio y se bebió el vino de la copa de un trago, en su fuero interno estaba pensando que cuando se acabara el asunto, iría a despedir a Javier.
Javier siempre recordó el propósito de emborrachar a Flavio.
Después de una comida, estaban borrachos.
Cecilia dejó que el conductor envió el borracho inconsciente Javier y su asistente a un hotel cer