Charity bajó la mirada y pensó un poco. De repente, sacó una pequeña tarjeta de su bolsillo y la metió en el bolsillo de la chaqueta del traje de Chester.

Chester siguió su mirada y miró hacia abajo. Sacó la tarjeta… con un bikini de mujer impreso en ella.

“Mírala bien. Ofrecen todo tipo de servicios y chicas guapas. Los precios son bajos e incluso tienen promociones”. El tono de Charity era perezoso. “No tienes que agradecerme”.

Chester sostuvo la tarjeta entre sus dedos y la miró con seriedad. Se rio de la ira. “¿Tú, una mujer, llevas esta cosa contigo?”.

“Alguien lo puso en mi coche”, dijo Charity con calma. “Simplemente no quise ensuciar el piso. No pensé que sería útil”.

“¿Crees que... me gustarán estas cosas?”. Chester rompió la pequeña tarjeta. Se inclinó un poco, la miró fijamente. Entrecerró los ojos. “¿No puedes entender por mis palabras que solo te quiero a ti? Otras mujeres no son lo suficientemente buenas”.

“Deténte”. El cuerpo de Charity se inclinó hacia atrás para