Finalmente, Shaun consiguió tener la oferta más alta por el collar a un precio astronómico de tres mil millones de dólares.

Un empleado le entregó con cautela el Collar de la Reina a la vista de todos.

Shaun sacó el collar rojo que brillaba intensamente.

Cuando lo sacó, le dijo a la aturdida Catherine con una voz profunda: “Levántate”.

Catherine se levantó, luciendo confundida. Su figura sorprendentemente guapa se reflejaba en los ojos claros y brillantes de ella.

Los labios finos y exquisitos de Shaun se curvaron en una sonrisa encantadora. Se inclinó un poco y le colocó el collar alrededor de su cuello. Su voz masculina y suave sonaba encantadora. “A partir de hoy, serás mi reina”.

“¡Wow!”.

El invitado que estaba a su lado jadeó de admiración.

El corazón de Catherine latía con fuerza. A pesar de que el precio del collar hacía que su corazón le doliera tanto al punto de sangrar, la ocasión había creado la ilusión de su boda. El hombre había cumplido todos sus deseos.

Lo que