“Acabo de elogiar a esa celebridad por ser guapo una vez. ¿Tienes que hablar sin parar de eso?”. A Catherine le dolía la cabeza por sus palabras.

Shaun solía hablar mucho menos. Ahora, cada vez era más hablador.

“No, lo elogiaste tres veces”. Shaun contó con los dedos. “Es muy guapo. Es demasiado guapo. ¿Cómo puede ser tan guapo?”.

“…”.

“No me gusta que hagas eso. Además, nunca me habías elogiado así antes”. Shaun la miró con una expresión malhumorada y amargada.

Catherine sintió como si le hubiera caído un rayo.

Estaba a punto de sospechar que él había sido poseído por un espíritu.

Ella tenía que admitir que tener a un hombre increíblemente guapo actuando de forma malhumorada era, ejem, muy difícil de resistir.

Especialmente una persona como Shaun. Él era claramente un hombre, pero sus ojos eran grandes y sus pestañas gruesas.

“Eres más infantil que Suzie…”, ella dijo con exasperación.

Shaun inmediatamente empezó a ponerse poético. “El novelista francés Balzac dijo que el a