—¿De que quieres hablar?— Le pregunto evadiendo el tema.

—De perro de la vecina— Me dice de manera irónica— Creo que sobre decir porque quiero hablar, es obvio que es por los dos.

—Lo lamento, de verdad sin embargo no tengo ganas, así como tú no quieres hablar luego de tus viajes o cuando llegas tarde.

—No es lo mismos.

—Si lo es—Digo seriamente— Has cómo yo, piensa que no ha pasado nada y sigues como si nada.

—Mia.

—No, no quiero escuchar nada de mis, si en verdad me amas, no quieres saber nada eso es lo que pensaré, no se por que quieres hacer tanto alboroto por nada.

No le digo nada más y me dirijo a mi cuarto, no se cómo explicarle algo que ni yo sé cómo