Capítulo 2: Enfrentamiento con el pasado

Enfrentamiento con el pasado

Esto saldrá mal.

—Debes de estar extrañado, nunca los he mencionado. No creí que fuera importante, hasta ahora.

—¿Perdón? —el rostro del hermoso hombre se contrajo en sorpresa.

Apretó ligeramente el brazo del desconocido, para que entendiera la silenciosa suplica que está le daba.

Se volvió hacia Ginny y Fred, esperando que el hombre a su lado siguiera su actuación. Por las expresiones un poco consternados de sus ex amigos, tal vez posiblemente estaban creyendo cada una de sus palabras—Él es... mi prometido ¿Verdad, amor? —volvió a girarse hacia el hombre, tirándole un beso en el aire. Rezaba por qué captará las señales—. Nuestro amor es tan grande ¿Cierto?

Él hombre carraspeó cuando ella se acercó más a su cuerpo, su mirada confundida desapareció, y una brillante sonrisa se hizo cargo de la situación.

—Claro, cariño. —miró a Ginny y Fred estáticos en su lugar—. Me extraño que nunca hablaras de ellos, lo recordaría perfectamente. Como todo de ti.

Callie quiso aplaudirse a sí misma, se había convertido en una mentirosa en todas sus letras. 

El hombre se inclinó y dejo un beso en sus labios, dejando completamente sorprendida a Callie y a los espectadores.

¿Era un actor o estaba soñando?

De todos los hombres que estaban en el lugar, eligió al más descarado. No contaba con que el hombre encajará en el papel tan rápido, ni mucho menos que se tomará tantas molestias por hacerlo más real.

Estuvo a punto de hablar cuando se vio interrumpida por el desconocido y el magnetismo de su voz, que con una sonrisa amistosa se presentó ante Ginny y Fred.

—Grant, es un gusto conocerlos, y a su... mascota.

—Fred. —comentó, con recelo.

Ginny tras ver qué su prometido no hablaría más, tomo las riendas de la situación. —Es un gusto conocer al hombre que ha logrado mantener a Callie... muy enamorada.

—Sí, hemos estado juntos por... —hizo una pausa buscando alguna respuesta— mucho... muchísimo tiempo. Demasiado tiempo. 

—Correcto, cariño. Demasiado tiempo para contar con ambas manos. —esta vez la acercó a él y postro en beso en su frente.

Este hombre era realmente bueno, sin duda les invitaría a unos tragos e intentaría sacarle los secretos para eliminar su patética improvisación.

—Grant es lo mejor que me ha pasado. —añadió mirando a los ojos a Fred—. Ya sabes... ni siquiera tiene comparación con mi pasado, tanto que no imagino a otro hombre que no fuera a Grant en mi vida. Él es... increíble y mejor que cualquier otro hombre.

—Eso es correcto, cariño. No existirá nadie más que yo en esa hermosa cabeza. —los labios de Grant se torcieron, en un intento de querer reírse. Pero no lo haría frente a sus nuevos amigos—. Pero debemos irnos, nuestros planes para la noche nos esperan. —dicho esto concluyó con un guiño, a sabiendas del pensamiento indecente que Ginny y Fred tendrían.

—Antes de que se vayan quisiera hacerles una invitación. —las comisuras de los labios falsos de Ginny se cargaron hacia arriba—. Me encantaría que se unieran para nuestra fiesta de compromiso, y posteriormente a nuestra boda.

—Lo siento mucho Ginny. —Callie hizo un mohín de tristeza—. Tenemos muchos planes por el momento.

—Se realizará dentro de 22 días. —exclamo—. Seguramente puedes hacer espacio en su apretada agenda.

—Oh, bueno... —¿Cómo saldría de esta? —. Ya que falta mucho... umm, bueno...

—Nos encantaría asistir a su boda ¿Cierto, cariño? —Grant interrumpió todo pensamiento de Callie—. Nos vendría bien.

—Okeeey. —Ginny se rió ente dientes—. Con esa respuesta no aceptaré una negativa de tu parte, Callie.

—Está bien. 

—¡Te estoy enviando los detalles por correo! supongo que nunca lo has cambiado. 

—No, sigue siendo el mismo correo. —murmuró, ahora no sabía qué hacer. Si escapaba, Ginny y Fred se darían cuenta. Pero lo único que pensaba era en escapar.

—¡Excelente! Te estoy enviando los detalles.

Callie puso una sonrisa falsa en su rostro. —Sí, los detalles ¡Estoy ansiosa que llegue el día! ¡No puedo esperar!

Cuatro pares de manos se estrecharon mutuamente, por lo que al final, Grant decidió concluir. —Fue un placer encontrarlos hoy, nos veremos en su boda.

—Claro. —la respuesta simple de Fred no paso por alto.

Ginny inspeccionó a Callie antes de darse la vuelta, por lo que ambas sabían el motivo. La sonrisa de Ginny no se comparó en lo más mínimo con el semblante lleno de pánico de Callie.

—Pero ¡qué ha pasado aquí! ¿Dónde está tu anillo?

—¿Anillo? —interrogo Callie.

—¿Tu anillo de compromiso? —aclaro Ginny dándole una sonrisa comprensiva, tomándola como una idiota.

—Mis joyeros lo están arreglando. —Grant respondió a la pregunta de Ginny—. Cuando compre el anillo de diamantes con incrustaciones de esmeraldas. —la miro brevemente a ella— como sus ojos. No pensé en las pequeñas y delicadas que son sus manos. En este caso a mi dama no le quedó su zapatilla. 

Callie emitió una suave risa, como si recordara aquella escena. Las cosas estaban saliendo mejor de lo que esperaba.

Grant miró el anillo de Ginny. —Él anillo era demasiado grande y pesado para su mano, por lo que, reducir el tamaño es la única opción. Pronto volverá a estar donde pertenece. —tomo la mano de Callie y entrelazó sus dedos.

—Eso es perfecto. —Ginny alejo su mano con el anillo, de la vista de Callie y Grant, miedosa de que su brillante joya no fuera lo suficientemente grande. Cómo Grant describía el de Callie—. Nos tenemos que retirar ¡Nos vemos en la fiesta! —Ginny enredó su brazo al de Fred y juntos empezaron a desfilar hasta la salida.

—¡Gracias! ¡Gracias! —exclamo Callie cuando Ginny y Fred desaparecieron de su vista—. No esperaba que siguieras mi engaño con tanta facilidad ¿Eres actor? Por qué es la única lógica que encuentro.

—No soy ningún actor. —negó con su cabeza—. Pero siempre estoy dispuesto a ayudar a las chicas lindas que me toman del brazo para presentarme como su prometido. —ella sonrió ante su tono bromista—. Ayudarte es un placer, Callie.

Ella asintió, estando más tranquila en su presencia. Le diría que estaba loco por seguirla, pero le debía mucho en tan solo unos minutos, así que no le ofendería por salvarle el trasero.

—Gracias por eso. ¿Podría invitarte a un trago? ¿A comer? Cómo agradecimiento por supuesto. —ella levantó una de sus manos—. Sin coqueteos, ni nada por el estilo.

Grant miró su reloj. —Tengo algo de tiempo. —levantó su vista para clavar sus ojos en Callie.

—Hay una cafetería como a dos cuadras de aquí ¿Te parece? —ella se pasó la mano por su cabello, en un claro gesto de nerviosismo.

—Perfecto. —comento Grant, dándole una sonrisa brillante—. Muéstrame el camino.

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