-Es hora de cenar chicos, vamos que muero de hambre -dijo la Sra. Elena.
-Perfecto amor, yo también muero de hambre cariño -dijo el Sr. Kurt. –Además Kiya y Daniel les tienen una sorpresa que seguro alegra sus días indefinidamente.
-¿Sorpresa? -dijo la Sra. Elena.
-Nada, nada, mi padre que solo está jugando. ¿Verdad papá? -dijo Kiya.
-¿Yo también puedo saber de qué se trata la sorpresa? -pregunto Said muerto de la risa.
-No, y deja de molestar -respondió Daniel muy serio.
Sus amigos no estaban ayudando en nada para dar la noticia. Con amigos como ellos, para que quería enemigos.
-Estoy muy nerviosa, no sé cómo lo tomara mamá y la tía -dijo Kiya a Daniel, quien la sostenía de la mano camino al comedor.
-Tranquila princesa, pase lo que pase, estaré a tú lado siempre -dijo Daniel, dándole un beso en la mejilla.
Mientras ellos seguían pensando en cómo anunciar su matrimonio delante de todos, dejaron de lado algo imp