capítulo 2

Pov de Elizabeth

—Tiene cuarenta y ocho horas para el pago de la hipoteca, sino debe desalojar la propiedad enseguida

Fueron los buenos dias que recibi luego de una noche de m****a, en donde me echaron de mi trabajo y ahora de mi casa, el representante del banco había sido muy claro, tenía 48 horas para pagar una parte de la hipoteca

!Lo que me faltaba! yo no tenía ni un centavo y sin trabajo, todo era un caos en mi vida

—!No! debe haber un error señor

Intente mediar con el, pero era inútil, era una orden de sus superiores

—Lo siento, es la orden; cuarenta y ocho horas, de lo contrario será desalojada con la policía.

¿Ahora que haria?

¿De dónde sacaria el dinero que necesitaba?

Sin dinero, sin trabajo, con mamá enferma y ahora sin hogar. Todo esto tenia que ser una m*****a broma, o en verdad el destino conspiraba en mi contra.

Luego de que el caballero se marchara de mi casa empece a buscar una posible solucion, pero no la habia, el unico que podia ayudarme era.. Ivan...

Aunque no quería molestarlo era el unico con el dinero suficiente para hacerlo.

*** ***

Luego de una mañana difícil fui al hospital a ver a mi madre antes de ir con el idiota de ivan, apenas ella me vio sonrio abiertamente, al parecer se sentía un poco mejor

—¿Como estás Eli?

Sonaba más animada y se veía hasta más tranquila

—Estoy bien madre ¿Tú cómo te sientes?

Tome asiento a su lado, al borde de la cama, me sentia desesperada, tenía que ayudarla costara lo que costará.

—Estoy mejor, ya no duele tanto

Justo en ese instante la enfermara ingreso a la habitación para suministrarle un medicamento.

—Señorita Elizabeth Maxwell, es solicitada por el área de administración

La chica de melena rubia me tendió un papel, el cual era un llamado de administración.

Luego de conversar un corto instante con ella, tuve que salir, hasta el área requerida, un poco preocupada por lo que se avecinaba

—¿Señorita Maxwell?

Pregunto una chica apenas me vio llegar a la puerta de esta

-Si, Soy yo, me dijeron que me enviaron a llamar

Le digo mostrándole el papel que me extendió la enfermera hace unos instantes

—Pase adelante

La chica me invita a tomar asiento frente a ella.

—Si ¿dígame?

Cansada, estresada me encontraba a la expectativa de saber que deseaban.

—Como sabe su seguro ha caducado, así que como entenderá no podemos continuar atendiéndo a su madre

Note cierto pesar en sus palabras, pero aún así ella no tenia mas opcion

—Me temo que nos vemos en la penosa necesidad de pedirles que se retiren del hospital.

Espeto y esto era lo que Faltaba, esta era la cereza del pastel.

—Ok entiendo

Fue lo único que logro responder, al sentirme acorralada, asfixiada, creo que estos dos días para mi habían sido fatales y los más difíciles en llevar

*** ***

Con un enorme nudo en la garganta luego de que el hospital se negara a continuar atendiendola, lleve a mi madre a casa, si en la mañana cuando el banco nos notifico del embargo había decidido ir a negociar con Iván, ahora que mi madre no tenia servicio medico estaba más que convencida que era la única salida.

Apenas deje a mi madre bajo el cuidado de Hanna, me fui directo a verlo, con el no duraría mucho para llegar a un acuerdo, conociendo, buscariamos una solucion juntos, ivan era un hombre que no anda con rodeos, sino que iba directo al grano.

Frente al portón que resguardaba su enorme mansion, me encontraba en un dilema, si entrar o no, después de todo, estaba a tiempo de cambiar de idea, además hacer un trato con Iván sería como pactar con el mismo diablo.

Me mantuve alli por un largo instante, estudiando los pro y los contra, y el resultado, siempre era el mismo...En la calle, sin trabajo y con mi madre enferma, asi que sin más opción, toque él intercomunicador.

—Mansión Lombardi ¿Que se le ofrece? ¿Con quien desea hablar?

Pregunto un hombre de voz gruesa por medio del artefacto.

—!Disculpe! ¿Se encuentra el señor Iván?

Pregunte aun con algo de duda.

—¿De parte? ¿Quién lo busca?

Con un nudo en la garganta decide hablar

—Dígale que es la señorita Elizabeth Maxwell, el me está esperando.

El caballero tardo un par de minutos en responder de nuevo, pero apenas lo hizo, los enormes portones se abrieron, dándome paso a la espectacular mansión

—Buenas tardes señorita Maxwell, el señor Iván la espera en su despacho

El caballero muy cortes me dirigio por el extenso sendero rodeado de flores hasta llegar a la enorme mansion, estilo clásico pero con ligeros toques modernos, en completo silencio llegamos al despacho, en el cual me esperaba mi futuro esposo.

Con algo de miedo y manos temblorosas gire la perilla de la puerta y apenas ingrese en este, allí encontré a Ivan, sentado en una enorme silla, del otro lado de un escritorio de madera pulida

—Hola Elizabeth, Veo que has tomado una decisión, y creo que lo has hecho justo a tiempo

Dice mientras observa el enorme reloj de oro en su muñeca.

—¿Qué es lo que quieres ivan?

Pregunte frente a él, directa y tajante, aún de pie a una distancia prudente.

—!Ya te dije! Una esposa, más bien solo un adorno, alguien que sonría cuando se lo pida y que me acompañe a eventos, sin pelear, sin quejarse.

El descaro en sus palabras causo un poco de repulsion, lo dijo tan tranquilo que los bellos de mi piel se erizaron, al no ver ni un ápice de vergüenza.

—¿Y yo que consigo?

Pregunte decidida y ivan solo elevo su ceja poblada algo extrañado por mi pregunta.

—Fácil, Todo el dinero que quieras, así podrás sacar a tu hermana y tú madre de ese barrio de quinta y darle a Hanna una educación decente.

Me quede pensando un momento en las posibilidades y los riesgos, los cuales no son muchos ya que recuerdo haber lidiado con este personaje hace unos años, aunque en ese entonces, mi ivan no era tan frío y despiadado como lo es ahora.

—!Acepto! Pero con una condición.

Iván solo me observa con cara de sorpresa, la cual no duro mucho ya que se repuso enseguida y empiezo a reír.

—Te haces de rogar y aparte de eso pones condiciones, tú si eres una caja de sorpresas Elizabeth ¿Pero dime? ya que hoy ando benevolente y cumpliré cualquier petición que quieras, eso si, siempre y cuando no me afecte

—No vuelves a ponerme una mano encima, esto será solo una fachada como tú mismo lo has dicho.

Libere la bomba y el solo sonrío al escuchar mi petición.

—Hecho, Además no te necesitó para satisfacer mis necesidades, como te dije serás solo un adorno.

Finalizo y se coloco de pie, para caminar hasta llegar frente a mi con su mano extendida.

—¿Tenemos un trato Elizabeth Maxwell?

Tome su mano y la estreche antes de arrepentirme por la tontería que acababa de hacer

—Tenemos un trato

Afirme mirándolo directo a los ojos.

—El chico de servicio pasará por ustedes al anochecer, traten de no traer ninguna pertenencia, aquí yo me encargaré de todo.

Habla con su tono característico, ese tono frío, el cual antes no poseía y ahora era una parte de él.

—Un momento, Antes de venirme a vivir aquí, quiero pedirte algo más

Los dos nos quedamos en silencio un momento, el esperando mi peticion y yo pensando en como decirlo.

—La casa de mi madre está por ser embargada ¿será que me puedes ayudar con eso?

El solo regreso a su asiento, y me observa de una manera tan fría que me erizo la piel.

—Yo me encargo de eso, con una llamada lo soluciono y por lo de tú madre puedes estar tranquila, estando aquí yo me encargo de todo

Sus palabras me tranquilizaron, Iván era un hombre con mucho dinero y prestigio, asi que lo material no sería un problema. El detalle era ¿Cómo conviviria con el, cuando yo amaba a otro hombre?

El fue mi amor de juventud, pero Esteban, era mi presente que apesar de amarnos, no podíamos estar juntos, aun asi, lo quería respetar, por ese motivo mi primera petición fue que ivan no me volviera a tocar nunca más.

—Una ultima cosa

Pedí antes de salir

—¿Ahora que?

Pregunto algo irritado, ante mi tercera petición

—Creo qué estás abusando de mi bondad.

Yo sonreí, esto era un negocio y teníamos que poner los puntos claros

—Si mi madre pregunta, dile que éramos novios ¡por favor! No quiero que piense mal de mi al ver que me casó con un hombre que apareció de la nada.

El solo asintió, al parecer me entendió

—Ok está bien, pero anda, en la noche pasan por ti, como te dije trae lo básico nada más.

Sali de la mansión Lombardi, con un enorme nudo en la garganta, estaba decepcionada de mi misma, como era posible que yo le hubiese puesto precio a mi propia dignidad y peor aún, de ahora en adelante tendria que lidiar con este hombre y hasta tener que habitar bajo el mismo techo que él.

Con el semblante bajo llegue a casa, en donde Hanna me esperaba algo preocupada

—¿Donde andabas Eli? Mamá no para de preguntar por ti, le di los medicamentos pero aún así no se queda tranquila.

La pobre lucia desesperada, no diría que termine con todos nuestros males, por que no fue así, pero al menos, los había solucionado, por el momento

—Estaba solucionando un par de problemas, pero ya estoy aquí

Dije mientras le regalaba una sonrisa triste, me sentia decepcionada.

—Hanna prepara tus cosas, nos vamos a mudar

Ella me observo algo atónita por lo que acababa de decir.

—Eli ¿Te sientes bien?

Hanna se acerco a mi, para empezar a tocar mi frente como si estuviera desvariando.

—Se que no has descansado bien, creo que estás alucinando.

Hanna era una niña de quince años pero era muy madura para su edad y es que era lo logico, juntas habíamos pasado muchas cosas y creo que eso fue lo que nos ayudo a madurar antes de tiempo.

—No, Hanna es Enserio prepara tus cosas, hoy en la noche nos vamos de esta casa.

Ella al ver que no vacilaba en mis respuesta, solo asientio y se alejo a su habitación, con cierto pesar

Mientras meditaba que excusa le daria a mamá para este cambio repentino, camine hasta su habitación y al llegar a donde estaba ella, la encontré observando por la ventana.

¿Como negarle la posibilidad de vivir sus últimos días en un lugar digno?

Pense...

No podia hacer algo así, y si me toca sacrificarme por ella y hanna, lo haria con gusto.

—!Mama¡

La llame y casi enseguida giro su silla para observarme de pie en la puerta de su habitación

—Aquí estoy ¿Se te ofrece algo?

Pregunte mientas caminaba hasta ella y me arrodillaba frente a su silla.

—No, Eli es solo que quería saber en donde estabas

Extendio su mano para acaricia mi mejilla y allí entendí que la decisión que tomé fue la mejor

—Estaba solucionando un par cosas

Me quede por un instante buscando en mi cabeza las palabras adecuadas para decirle la gran locura que cometeria

—Me voy a casar mamá

Solté de una vez, mientras mantenía los ojos cerrados esperando una reprimenda de su parte,

La cual no escuche por qué, mi madre solo tomo mi rostro entre sus manos y me observo directo a los ojos

—Me alegra mucho Eli

Fue lo que dijo ella mientras me regala una cálida sonrisa

¿Pero como?

¿Que estába pasando?

—Eres una mujer maravillosa y cualquier hombre sería afortunado de tenerte, y si estás feliz por esa boda yo también lo estoy, ademas eso me deja más tranquila así cuando yo no esté, Hanna y tú, tendrán quien vele por ustedes.

Solo esa declaración bastó para que una lágrima rodara por mi mejilla, la cual limpie inmediatamente, no podia permitir que Hanna o mi mamá me vieran vulnerable.

—No digas eso madre, Estaremos bien ¿ok?

Le dije mirándola a los ojos

— Tenemos que prepararnos, esta noche vendrán por nosotras

El nudo en mi garganta no desaparecia, me dolia dejar mi casa y el millón de recuerdos en ella.

—¿Como que vienen por nosotras?

Pregunto mi madre algo descolocada.

—Así es, Nos mudaremos a casa de Iván, mi futuro esposo, allá estaremos mejor y él se ofreció a ayudarnos con todo, debido a que la boda será algo apresurada.

Ella se quedo en silencio, como analizando mis palabras, pero aún así, un par de segundos después solo asinto.

Esa era mi señal para confirmar que aceptaba esta locura y para mi, solo eso es suficiente para lanzarme a ese precipicio sin paracaídas.

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