Olivia

Me tape entre las sabanas de Dmitry negando ante lo que escuche, no era tan torpe como para dormirme al él darme aquella orden. Nunca lo hago, pero día a día escuchar como él pide las cosas que yo exijo es algo que me hace pensar que no es tan malo como aparenta, más cuando siempre masajea mi cuerpo con aquella pomada para sanar más rápido mis heridas.

— Señorita, el señor mando la orden de que fuera bañada con un baño de cremas —destape mi rostro mirando a la chica que se mantenía a cargo de mí —. ¿O quiere comer primero?

Asentí con una sonrisa, siempre parecía tener un banquete para mí. Pero me sentía cada día mal por ver aquella parte de Dmitry que parecía desconocida para otros. Cada día que terminábamos por acostarnos pedía un baño de cremas dejando a cargo a algunas chicas, no se movía y se quedaba a mi lado mientras yo olfateaba su aroma para dormirme.

¿Esto era un sueño?

Tres semanas en las que me he acostado con él y en las cuales sin excepción Dmitry cumple con su pal