—Afrontémoslo, no has sido un padre para mí durante mucho tiempo —indicó Adrián con los dientes apretados.

—Tú... —claramente, Antonio estaba a punto de explotar, pero de una forma sorprendente, se contuvo y en su lugar, preguntó—. ¿Y qué hay de las acciones? ¿Eran las acciones del señor Paz?

—El señor Paz me vendió sus acciones hace tiempo y decidí ponerlas a nombre de Raquel —dijo Adrián—. Ella no tenía idea de esto.

Adrián se volvió hacia Raquel, diciendo. —Este fue mi regalo de bodas anticipado para ella.

—Pero, ¿por qué le estás dando acciones de la empresa? —cuestionó Antonio.

—Porque pronto será mi esposa, y la amo. Quiero que sea parte de la empresa —respondió Adrián.

—Pero ella no sabe nada sobre nuestra empresa —objetó Antonio.

—Por el contrario, sí sabe. Le conté sobre la empresa, y aprenderá más en los años venideros estando a mi lado. ¿Por qué esto es un problema? Le diste a Tania y Federico acciones de la empresa con mucha facilidad, ¿por qué no puedo darle algunas a mi p