Capítulo 38.

Día siguiente.

Pude convencer a Junior de visitar a nuestra madre a la cárcel y aquí estamos, frente a ella, sin decir absolutamente nada.

—Perdónenme. Creía hacer lo correcto. La cagué, lo admito y tampoco voy a tratar de culpar al pasado porque sé que siempre estuve consciente de mis acciones. —rompe el silencio mientras sus lágrimas caen desesperadamente. Nosotros también estamos igual pero no las dejamos salir más de lo necesario.

—Que aceptes tu culpa, es un buen paso. — le dice mi hermano.

—Te perdono. Ya no quiero tener rencores con nadie, mucho menos si de mi propia madre se trata. Estoy en una etapa donde solo quiero paz. No quiero que nadie arruine eso. Ni siquiera tú. ¿Prometes cambiar tu actit

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