Claudio llegó al hospital donde, suponía, mi madre estaba internada y recorrió la habitación de un lado a otro varias veces sin verla por ningún lado.
Justo pasó una enfermera y él la detuvo, tomándola del brazo.
—¿Dónde está la señora Cristina Sanz que estaba internada en esta habitación?
La enfermera lo miró y, después de pensar un momento, dijo:
—Ah, ¿esa señora mayor con cáncer terminal? Se dio de alta hace trece días. Dijo que iba a acompañar a su hija y a su yerno para su aniversario… ¿Usted qué es de la señora Sanz? Las células cancerosas de la anciana se extendieron muy rápido, no le queda mucho tiempo. Cuídenla bien.
Claudio no podía creerlo.
—¿Cómo es posible? El cáncer de la señora Sanz estaba en etapa intermedia, ¿no se había controlado con el tratamiento?
—Los detalles no los sé muy bien, si usted es familiar, puede preguntarle al médico tratante.
La enfermera se alejó mientras que él se desplomó contra la pared y se sentó en el suelo.
—¿Por qué no me dijiste que tu mamá y