Diez días atrás, Claudio y yo habíamos hecho planes de ir a esquiar a la montaña San Lorenzo. Ya me había puesto todo el equipo de esquí y esperaba ansiosa por el instructor, sentada en el lobby, cuando, de pronto, Claudio apareció frente a mí acompañado de Nadia, su primer amor, tras lo cual me extendió unos documentos de donación.—Vanesa, tú y Nadia salieron compatibles para el trasplante de médula ósea. En cuanto regresemos, programaremos la operación.Nadia, con su cara mortalmente pálida, me tomó las manos, llena de gratitud.—Vanesa, no sabes cuánto agradezco que estuvieses dispuesta a donarme tu médula ósea. Tanto Claudio como yo estaremos eternamente agradecidos contigo.Liberé mis manos y miré a Claudio con incertidumbre.—Claudio, estoy esperando un bebé, ¿podríamos posponer la donación?Quería quitarme el equipo de esquí para buscar los resultados del embarazo, pero Nadia me miró con los ojos llenos de lágrimas.—Vanesa, durante estos últimos meses Claudio había esta
Leer más