Me siento afortunada de tener a mis padres siempre apoyándome, lo que me da la confianza necesaria para tomar decisiones en esta situación.

La noche que volví a casa, mi mamá entró en mi habitación y me preguntó seriamente:

—¿Vas a quedarte con el bebé? Tú eres su madre, tienes todo el derecho a decidir.

Me quedé en completo shock y luego negué con la cabeza. El bebé es rebelde, al igual que su papá, me había estado causando grandes problemas y no era realmente mío.

—Entonces mañana iremos a hacer eso. Cuando Diego regrese, nos divorciamos.

—¿Y sus padres?

Sus padres nos han visto crecer juntos y después de casarnos, siempre me trataron como a una hija. Si nos divorciamos, ¿cómo los enfrentaré después?

—No te preocupes por ese detalle. Su hijo te lastimó. Ya es suficiente que no haya ido a buscarlos.

Una vez más, no pude contener las lágrimas. Esa noche, continué con el mismo sueño. Al entrar en la niebla, descubrí que siempre había sido feliz. Diego era solo un simple complem