Despierto con unasensación de dolor deliciosa en todo el cuerpo y un par de preciosidadesacomodadas a cada lado, con las piernas encima de mi, unas manitas traviesasque acarician mi miembro y escroto con tanta suavidad que me hacen salivar acausa del placer que me dan.
Giro a la derecha yencuentro un par de ojazos color esmeralda somnolientos y brillantes, Tonysonríe y baja la vista ¡se ve hermosa! Beso sus labios y pronuncio un te amosin voz. No lo hago todo el tiempo pero, hoy lo quería