Llegué al anexo dela casa - refugio con una sensación de ganador casi implacable, nada borraríami sonrisa, nada opacaría mi felicidad y menos al encontrar a mi chica vestidacon un baby doll blanco, medias con liguero y el cabello suelto, mis manossudan y mi hombría parece una barra de hierro al observar que tiene una fustaentre sus manos ¡ay Dios voy a correrme!
— ¡De rodillasesclavo, ahora! - su sonrisa era maquiavélica y sus ojos brillaban tambien conuna malicia sexual que me desarmó. Solo pude obedecer — Y baja