Cuando los ojos de Jacob se cruzaron con los de Edward, este nuevamente se puso nervioso y su corazón volvió a latir violentamente y no tuvo más opción que apartar la vista de los ojos de Edward.
— ¿Entonces? ¿Lo hacemos?
— ¿Hacer qué? —pregunto Jacob nerviosamente.
—Cenar junto tú y yo como compensación, en la cena te entrego mis papeles y comerás gratis… ¿No es genial?
Jacob por una razón que no pudo entender en ese momento, termino por aceptar la propuesta de Edward y ambos intercambiaron sus números de teléfono y quedaron en reunirse en la noche en un restaurante.